Archivo de la categoría: COMPRENSIÓN LECTORA

Lengua Española y Literatura – Comprensión – EL ÚLTIMO MOHICANO – Viernes 08/05

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Lengua Española y Literatura – Comprensión – CAPERUCITA EN MANHATTAN – Jueves 07/05

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Lengua Española y Literatura – Comprensión – EL GATO NEGRO – Miércoles 06/05

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Leyendas y cuentos de la Alpujarra (III)

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EL CASTAÑO Y LOS SEIS ESCUDEROS

EI castaño era alto como el Alto de la Cañada de las Majaíllas y recio como treinta bueyes cogidos por el ronzal. En sus ramas cabían todos los jilgueros y todas las alondras del Magalite. Por el otoño, cuando se le iban las hojas, éstas, puestas unas sobre otras, subían una docena de varas, rojas como la sangre y olorosas a canela húmeda. En tiempos, en la copa del árbol vivió un águila imperial y su corte de alcaudones, quinientos pájaros de presa con el cuello negro y la mirada redonda como el brocal de un aljibe. En tiempos, en el hueco del árbol hubo una aljama y en ella se reunían hasta veinticuatro moros importantes.
En tiempos, el castaño fue telar para tejer lienzo y vivían en él diez muchachos y su madre, la hilandera. La enramada cubría un marjal y resguardaba del sol y de la lluvia a la mujer, a sus hijos y a todas las madres y sus hijos de Bubión. EI castaño era templo, plaza, alegría, velatorio, fiesta, guerra. El castaño, además, tenía poderes únicos: convertía en veletas a las serpientes que reptaban el tronco en busca de pájaros; durante las tormentas, el castaño transformaba las chispas eléctricas en arcos iris; sus sombras sanaban a los lisiados de la guerra, a los leprosos, a los estériles; su corteza, en tiempos de hambre, se hacía pan de higo.
Dicen que el castaño, en la noche de San Juan, se metamorfoseaba en legión de sarracenos y cabalgaba las cumbres de Sierra Nevada con la algarabía y el estropicio de los mejores tiempos de la sublevación morisca. ¡Ay del que tropezara con el castaño convertido en animal bélico!.El Comendador de Castilla, que vino al lugar de Bubión, del que era dueño como de gran parte de las tahas de Órjiva y de Pitres, supo del castaño y de sus condiciones extranaturales. -Y eso, ¿cómo puede ser? preguntó el feudal. -Pues siendo, -¡ea! respondió su secretario.-Mira, tú, manda razón y que le busquen averiguaciones.Hechas las averiguaciones y vistas las referencias se cayó en la cuenta de que el árbol era, aparte su madera y sus cobijas irracionales, “una cosa mala con ánima”.-Que se le juzgue por antinatural. -Sí señor.-Y por brujería. -Sí señor.-Y por planta vegetal que es demonio.Fueron necesarios seis consejeros y dos escribanos, todos expertos, amamantados por la Inquisición, cultos en el arte de las averiguaciones, duros como el pedernal y católicos desde cien generaciones.
Al castaño se le puso juicio una tarde de julio, con la calor fuerte, y los jueces y los escribanos y e1 público se cocían al sol, pero no dejaron que las sombras del árbol les tocara el cuerpo.-Preguntamos si has consentido y creído que Cristo no sea Dios.“La planta no responde”, susurró un escribano.-¿Por qué no responde?-indagó el presidente. -No lo sabemos, señor presidente.-Segunda pregunta-señaló el juez mayor. -Preguntamos si, aparte las dudas sobre la fe de Cristo, como dicho y confesado habéis por el silencio, tuvisteis fe y creísteis en la secta de Mahoma.Se hizo por segunda vez la segunda pregunta. “El árbol no responde, señor juez”, repitió el escribano correspondiente.-No responde, ¿eh? -No, señor.-Mal, muy mal. Échale otra interrogación.-Preguntamos si tenéis alguna inteligencia con espíritu maligno de los que suelen traer y convocar a lugares negros y en formas diversas.Un golpe de viento agita las hojas del castaño y de su enramada desciende un frescor a sombra y dulzura. Los presentes se apartan vivamente para que no les toque el aire impuro.-¿Es una respuesta?-quiere saber el juez mayor.-No creo, señor.
Parece voluntad de Dios Nuestro Señor al mover el viento entre las ramas de una de sus criaturas.-Hazle una última pregunta y si no contesta, decidiremos. -Preguntamos si tenéis relación directa o indirecta con Zaquiel.-¿La tenéis?-insiste el segundo escribano, impaciente. -¿Qué dice?-No dice nada, señor juez. -¿Cómo es posible?-Tampoco lo entendemos nosotros-agregan los consejeros. -Mal, pero que muy mal-el juez sacude la cabeza.Bajo el calor tremendo del día de julio, los del tribunal deliberan, pero no mucho, que la sentencia era clara. EI Comendador, bajo sombrilla, que para eso es amo y señor, atiende a los justicias. “No responde, no responde”, condenan los consejeros.-¿Hacen falta más pruebas?-pregunta el amo. -Creemos que no, señor.-Pues haced justicia. En su silencio hallaréis la culpa. Quien calla, otorga.Fue sentenciado a la hoguera. Por brujería, por tratos con el Maligno, por rebelión ante la justicia, por desprecio al Comendador de Castilla.
Tardó en arder completamente dos semanas justas, y en el último día de su tronco enorme, surgió un pajarraco negro que huyó a los montes blasfemando horriblemente.-¿Qué gritaba el pájaro?-pregunta el cronista a Salvorico Bu, que asiste a la historia sin pestañear.-Era una urraca.-Pero, ¿qué gritaba?-insiste el cronista. -”¡Voto a Satanás, que me quemo!

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Leyendas y cuentos de la Alpujarra (II)

 

LA LAGUNA DE VACARES

 

Yace la Laguna, que califican de traicionera, y  a la que nunca acercan sus ganados los pastores de la Sierra, en el fondo de una profunda sima, que le da aspecto terrorífico en medio de aquellas edades, rarísima vez pisadas por la planta humana, y casi siempre coronadas por un turbante de nubes. En tiempo de los moros, hubo en las alturas de Sierra Nevada un espléndido palacio, rodeado de bellísimo jardín. Eran de mármol y de serpentina las solerías, y de estucos y alicatados, como los bellos aposentos de la Alhambra las paredes. Espesas arboledas se prolongaban hasta un lejano cerco de montañas, manteniendo el palacio aislado y oculto de la curiosidad de los mortales. Allí vivía una bellísima princesa, cuyo padre, el Rey moro de Granada, la sometió recién nacida al estudio de los sabios, mandándoles descifrar el Destino de la niña en el libro de los astros. El horóscopo anunció que la princesa moriría al conocer el Amor, y el Rey, queriendo oponerse a la fatal sentencia, fabricó el palacio en el sitio más inaccesible de la Sierra, mandando que nadie se acercase a aquel lugar, donde la encerró bajo la vigilancia de una mujer de confianza: la discreta Kadiga, de los cuentos alhambreños. Pasaron los años, y la niña llegó a hacerse mujer, sin conocer más mundo que el que se contenía en aquel marco de montañas, ni más personas que las esclavas encargadas de su servicio. Un tenebroso subterráneo, cuya entrada era un misterio para todos, permitía al Rey visitar de vez en cuando aquel paraje inaccesible, y ver desde lejos a su hija, cuando oculto entre las espesuras la miraba pasar por los laberintos del jardín. Se hallaba un día Cobayda -que así se llamaba la princesa- recreándose en los bosques que limitaban el recinto de la morada, cuando apareció entre los árboles un arrogante caballero, que se había perdido en la montaña y vagaba de valle en valle sin encontrar el camino que la condujera a la ciudad. La princesa, que nunca había visto más que en sueños una figura varonil, sintió intensa emoción ante aquel joven tan apuesto. El doncel, por su parte también se enamoró, y desde entonces, y aprovechándose de la confiada seguridad en que vivían Kadiga y sus esclavas, salía todas las noches la princesa para encontrar al joven vestido de azul, junto a las frondosas alamedas del jardín. El carácter antes triste y melancólico de Cobayda, se tornó alegre y animado. Esto despertó las sospechas de Kadiga, y puesta en vigilante acecho confirmó sus temores, sorprendiendo a la enamorada pareja. Montó en cólera el Sultán al conocer la noticia, y la comprobó por sí mismo, escuchando las palabras de amor que el hermoso joven deslizaba junto al oído de la enamorada doncella. Ciego de ira el Rey moro se lanzó furioso contra la feliz pareja. Un relámpago brilló cuando el Sultán desenvainó su alfanje damasquino, y la cabeza del doncel rodó largo trecho por el suelo, hasta quedarse convertida en una piedra negruzca que aún puede reconocerse fácilmente. La princesa, asustada por aquella terrible aparición, quedó convertida en hielo, y de sus ojos brotaron tantas lágrimas que bastaron para llenar el valle y convertirlo en un lago salado -La Laguna de Vacares-, que cubrió el palacio, el valle y el jardín. El Rey, aterrado por la desesperación de aquella hija predilecta, quiso huir, pero no pudo: se había convertido en una enorme roca, que sigue enhiesta junto a la Laguna, y gime y brama cuando en las noches de furioso temporal la recorren el remordimiento y el dolor.

 

FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, F. y FERNÁNDEZ RUBIO,F. 1992

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3º y 4º – LENGUA Y LITERATURA – LECTURA: UNA CENA CON SORPRESA

 

Resultado de imagen de plato de sopa de letrasLa madre de Pedro había hecho sopa de letras para cenar. Puso los dos platos de sopa sobre la mesa del comedor y volvió a la cocina para freír unos huevos. Pedro se llevó a la boca la primera cucharada, mirándola distraídamente, y dio un respingo. En la superficie de la sopa que había en la cuchara, cuatro letras de pasta habían formado la palabra: “HOLA”. Tras la sorpresa inicial, pensó: -¡Qué casualidad! Mira que ir a caer precisamente así esas letras…
Y sonriendo, divertido, se tragó la cucharada. Al ir a tomarse la segunda, descubrió con asombro que las letras decían: “TONTO EL QUE LO LEA”. Aquello era demasiado. Con la boca abierta y la cuchara inmovilizada ante ella, Pedro miró al plato. Entre la multitud de letras del plato reinaba gran agitación. Todas nadaban de aquí para allá. Se daban empujones y codazos. Parecían pelearse para coger los mejores sitios. Después todas se quedaron quietas. Y en el centro del círculo de sopa quedó escrita una advertencia: ”OJO, NO ME COMAS. SI TE ATREVES A COMERME ME DEDICARÉ A ESCRIBIR TACOS DENTRO DE TU BARRIGA”.

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Pedro, muy alarmado, cogió el plato, fue al cuarto de baño, vertió la sopa por el inodoro y tiró de la cadena. Lanzó un suspiro de alivio. Volvió a la mesa. Su madre le trajo un huevo frito con patatas y se fue a la cocina a freír el suyo. En cuanto ella volvió de espaldas, el huevo frito realizó un espectacular despegue en vertical. Frenó un milímetro antes de estrellarse contra la lámpara y comenzó a dar vueltas por toda la habitación.-¡Parece un platillo volante! -exclamó Pedro, siguiéndolo con la mirada, fascinado. El huevo frito hizo una exhibición de vuelo acrobático sensacional. Y, cuando advirtió que la madre de Pedro volvía, realizó un aterrizaje impecable en el plato y se quedó muy quieto, junto a las patatas fritas.

COMPRENSIÓN LECTORA
1ª Responde a estas preguntas:

a) ¿Qué había preparado para cenar la madre de Pedro?
b) ¿Por qué da Pedro un respingo?
c) ¿Qué descubre, un poco más tarde, con asombro?
d) ¿Qué es lo que ve con la boca abierta?
e) ¿Qué ocurre con el huevo cuando vuelve la madre?

2ª Escribe en tu cuaderno un título diferente para esta historia.

3ª Completa las frases con las palabras siguientes: distraídamente, impecable y alivio.

– Pedro se llevó a la boca la primera cucharada mirándola…
– Lanzó un suspiro de…
– El huevo realizó un aterrizaje…

4ª En esta cena falta el postre. Completa la historia. Puedes empezar así:
La madre le trajo el postre…

5ª A veces, las personas cuando hablan utilizan tacos. Escribe tres razones por las que no se deben decir tacos en las conversaciones.

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